Alguna vez leí —se me quedó grabado el dato— que el PIB de Broadway (el distrito cultural de Nueva York) era similar al PIB de una república centroamericana, me parece que El Salvador. La llamada “economía naranja” (por llamarla de algún modo, como se llama “la economía verde” a la ecológica) es decir, la que proviene de apreciar económicamente a la cultura, puede (y debe) salvar al mundo y, desde luego, a nuestro país.
Hace pocos días, en El Heraldo de México, apareció en portada un interesante informe sobre la “economía naranja” mexicana. Continuar leyendo