Decía Chesterton que «obediencia» es la palabra más emocionante del mundo, «menudo trueno de palabra». La más emocionante prueba de fidelidad del padre Pío de Pietrelcina fue ésa: obedecer a su Iglesia, a su vocación, a su fe en medio de la cerrada noche oscura que le atenazaba el alma…. Continuar leyendo