El ciberataque del virus conocido como “ransomware” del pasado fin de semana, ha puesto a temblar a medio mundo. España, Portugal, Reino Unido y Rusia, entre los afectados. También México.
Las consecuencias —aparentemente— fueron pocas. Pero se ha abierto una rendija por donde los ciberterroristas pueden (lo van a hacer) desestabilizar sistemas de seguridad con consecuencias incalculables. Continuar leyendo