El pasado sábado 23 de abril Fernando del Paso recibió el Premio Cervantes. Es el sexto mexicano en ser honrado con este galardón. El autor de Palinuro de México —durante su discurso— tronó en contra de la situación del país. Y bordando en torno a la vergüenza que le da hablar mal de México en un lugar del extranjero, terminó diciendo que más vergüenza le hubiera dado callarse y no decir nada.
¿Nada de qué? Sobre todo de la llamada Ley Atenco, la cual calificó como lo que “pareciera ser el principio de un Estado totalitario que no podemos permitir”. Continuar leyendo