Platón (428 A. de C.) prefiguró —hace veinticuatro siglos— la tremenda reclusión de la realidad a la que está expuesto el hombre contemporáneo. En la analogía de la Caverna, una de las analogías más sensatas (no obstante más inverosímiles) de la historia de la filosofía occidental, hay una figuración previa del fenómeno que acontece (con la transmisión a distancia de imágenes y sonidos, y con la recepción en una pantalla en lugar de la hoguera crepitando) dos y medio milenios más tarde. Continuar leyendo