Cuando al Papa Francisco le preguntaron si “le hacía sombra” Benedicto XVI, respondió lo que el Espíritu Santo inspira en los hombres libres: al contrario: cercano es una riqueza inestimable; “es como tener al nono (abuelo) en casa”. ¿Cuántos abuelos conviven al lado y desperdiciamos, fríamente, por tonterías de la tele? Ahí vemos jovencitos danzando, riendo, besándose, exponiendo el cuerpo al sol como único significado de vivir. Los ancianos son pesados. Con ellos no hay fiesta. Continuar leyendo