En el mes de julio se hizo mayoría para votar la reforma a la ley de telecomunicaciones. Los periódicos han seguido con furor el debate en la actual legislatura, sobre todo en la cámara de senadores. Parecería ser que se les va la vida en ello: como si supieran lo que se mueve por debajo, tras la marea mediática. El dinero que se usa para “cabildear” aparece difuso.
Los cambios pretendidos son importantes en el papel. Continuar leyendo