Poco menos que sorprendente, cuando menos para el sentido común de la generación mía (de los sesenta del siglo pasado para acá) ha sido la resolución del Parlamento Europeo de solicitar a la Comisión Europea el considerar la posibilidad de otorgar un reconocimiento de robots “como personas legales”.
Un servidor, como muchos de los lectores de Siempre! creció con la imagen del robot de Perdidos en el Espacio, o de Arturito y C3PO de La Guerra de las Galaxias. Continuar leyendo
“La mota (marihuana, en el argot mexicano) legal eleva la moral”, era una de las proclamas de los grupos consumidores que esperaban que la droga se legalizara en México. Y el día de ayer casi lo logran. Pero solamente para cuatro personas que se ampararon contra la prohibición absoluta de sembrarla para consumo personal.
En el mes de julio se hizo mayoría para votar la reforma a la ley de telecomunicaciones. Los periódicos han seguido con furor el debate en la actual legislatura, sobre todo en la cámara de senadores. Parecería ser que se les va la vida en ello: como si supieran lo que se mueve por debajo, tras la marea mediática. El dinero que se usa para “cabildear” aparece difuso.
A partir del 1 de noviembre, la muy progresista Alemania –pobre Papa Benedicto— ofrecerá a los papás que tengan esa cosa tan rara que se llama un bebé, tres opciones para rellenar su Acta de Nacimiento: «masculino», «femenino» y «en blanco».
Menudo jaleo se ha armado por la reforma al artículo 24 de la Constitución. Es el que habla de la libertad religiosa. Uno de los 30 derechos humanos fundamentales, que en México aparece como un derecho de segunda división. Nadie lo pela. Y cuando lo pela alguien es para criticar –cómo no—a la Iglesia católica. También a los católicos que defendemos este derecho humano, como válido y necesario para la paz.
En la penúltima sesión de la legislatura de Querétaro, por 17 votos en favor y uno en contra, fue aprobada la reforma al artículo 24 constitucional propuesta por el Senado de la República.
Esta semana se tiene previsto, claro, si hay quórum, la votación de la legislatura local en torno a la reforma al Artículo 24 constitucional, avalada por el Senado el pasado 27 de marzo. Como toda reforma constitucional, tiene que lograr la mitad más uno de aprobación de las legislaturas estatales para pasar a formar parte del cuerpo de la Constitución.
La ley no hace al hombre bueno. No lo hace vivir en un paraíso, aunque le evita vivir en el infierno. La reforma al artículo 24 constitucional –aprobada ya por el Senado— cumple los mínimos requeridos para establecer las bases de la libertad religiosa, pero los mínimos ni garantizan la libertad ni le dan el peso que requiere la propia religión. 
