La gran propuesta del Papa Benedicto XVI en su reciente visita a México es, sin duda, su llamado a la coherencia. Los católicos (los seres humanos en general) no somos nada frente a Jesús si nuestra misericordia no va cosida a su ejemplo; si nuestra vida prescinde de Él. El obispo brasileño Helder Camara solía decir que a menudo el único Evangelio que algunas personas iban a poder leer era nuestro propio testimonio. Continuar leyendo