Cada cosa que pasa en la Iglesia católica –más aún en el Vaticano—es tomada como un ámbito a discutir, aún entre aquellos que nada saben.  Miles de plumas muestran un interés desmesurado, como si les importara aquello que desdeñan porque dicen que es “un lastre” para el progreso y la civilización.
La muerte a los 33 días de papado de Juan Pablo I, “El Papa de la sonrisa”, desató –sigue desatando—una miríada de “interpretaciones”. Desde el envenenamiento de los masones infiltrados en los bancos italianos, hasta el asesinato directo por la Curia, asustada –dicen—por los cambios que iba a llevar a cabo Albino Luciani. Continuar leyendo
Tras una cantidad de “logros” de las redes sociales (por ejemplo, en el asunto de la asistencia a los heridos y a las víctimas de los ataques terroristas en París, el viernes 13 de noviembre), éstas se posicionan como las reinas de todas las herramientas de comunicación entre las personas que ha traído consigo la era digital. Y de entre ellas, sobresale Facebook. Para el mundo y para los mexicanos. 
Con el boom de Internet ha venido aparejado el aumento de investigaciones sobre hábitos, costumbres, palabras usadas, nuevas palabras, cosas útiles y cuestiones, definitivamente inútiles (como el debate entre si era vestido blanco y dorado o azul y negro de hace un par de semanas).
Muchos periódicos, revistas y medios de comunicación electrónicos “migraron” a Internet de forma gratuita. Existía, y existe, la leyenda que nadie compra nada en Internet. Pero podría ya no ser así.