Al término del año solemos hacer un balance de lo bueno y malo. «Lo bueno» suele centrarse en el asunto económico. Lo malo, en la muerte de un ser querido…y en el asunto económico. Subrayo la importancia de un empleo digno, poder sacar adelante a la familia, pagar la educación de los hijos, su alimentación, algún descanso… Pero, siendo sinceros, ¿no le ponemos demasiada «crema a los tacos»? Es decir: ¿no le pegamos al dinero la etiqueta de crucial en nuestras vidas? Continuar leyendo