Durante muchos años se ha vertido la especie que la Iglesia católica –léase el juicio de Galileo— nada tiene que ver con la ciencia. Que la fe es una superchería utilizada por Roma para esquilmar a sus súbditos. Y que avanza la ciencia a tumbos, siempre en contra del vanidoso catolicismo quien, por creerse el centro del universo, pone él mismo a la Tierra como el centro del universo. Continuar leyendo