El día que desaparecieron los significados

Nuestro jefe de información, Gilberto Hernández García (Yurécuaro, 1972), ha escrito un cuento memorable, una especie de narración con moraleja que todo los niños de la familia El Observador deberían leer. ¿Por qué? Por tres razones bien sencillas: 1) Porque es un cuento muy divertido. 2) Porque está muy bien escrito. 3) Porque tiene un fondo bien importante: que si las palabras dejan de significar, de tener sentido, la convivencia entre los hombres también deja de tenerlo.  Continuar leyendo