Uno de los ángulos ignorados, tanto por organizadores y voceros de las recientes marchas en más de 110 ciudades del país como por sus detractores, tiene que ver con la precisión de los nombres. Los nombres sobre los cuales descansaron invitación y repulsa: “familia” y “matrimonio”.
Confucio (551-479 A.C.) solía decir que si él fuera el rey, la primera reforma que mandaría a hacer sería “la reforma del lenguaje”. ¿Por que? Porque “la rectificación de los nombres” era, para Confucio, la primera tarea de todo gobierno. “Si los nombres no son correctos, el lenguaje no concordará con la verdad de las cosas”, y esto, en un plazo no muy largo, conducirá a la guerra. Continuar leyendo