Es curioso: mientras en todo el mundo civilizado se discute cómo empoderar a la sociedad, en México se determina cómo empoderar más al poder. El acceso a Internet es un botón de muestra. Mientras en Italia, por ejemplo, los negocios se disputan a los clientes ofreciéndoles ellos el servicio de wi-fi gratis, en México es el gobierno el que quiere llevarse en las alforjas al ciudadano, tratando de elevar a rango constitucional el acceso libre. El asunto no es, desde la perspectiva del poder, si Internet sirve al ciudadano. El asunto es colgarse una medalla y hacer cada día más dependiente al ciudadano del poder. Continuar leyendo