Como una muestra de la vigencia de la fe frente al correr de la historia, un templo del siglo XVI, una joya colonial construida en pleno siglo de la conquista de México, de pronto ha emergido de las aguas del río Grijalva, en su ramal de alimentación de la presa Netzahualcóyotl, en el poblado nuevo de Quechula, en Chiapas (al sur del país).
Como un gran galeón que vuelve a la superficie, los restos del Templo de Señor Santiago, también conocido como el Templo de Quechula, ha surgido por la sequía que azota a esa región de México, al descender el nivel del río Grijalva (que lleva el apellido de uno de los primeros exploradores españoles de tierras mexicanas, en los albores del siglo XVI). Continuar leyendo