Los pretextos sobran. Que si el bajón de los precios internacionales del petróleo; que si la subida de los tipos de interés en Estados Unidos; que sí la volatilidad de los mercados financieros; que si la apertura a la inversión privada de la exploración y explotación en aguas someras resultó desairada; que si…
Nunca se habla de lo esencial: del enorme despilfarro gubernamental en burocracia, en viajes faraónicos; en giras inútiles, en publicidad de los partidos, en elecciones que, de cualquier forma, ya vienen con los dados cargados; en una democracia-niña que le han negado la posibilidad de hacer adulta. Continuar leyendo