A don Mario de Gasperín, obispo de Querétaro, por su 75 aniversario.
El Papa Benedicto XVI no se anda por las ramas: las virtudes de su predecesor Pío XII deben ser consideradas virtudes heroicas y su papel al frente de la Iglesia, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y hasta fines de la década de los cincuenta del siglo pasado, le ganó un camino a los altares. Las críticas han llovido —qué raro— sobre el Santo Padre, sobre todo de aquellos que consideran, erróneamente, que Pío XII no ayudó «como debía» a los judíos perseguidos por Hitler y sus secuaces. En fin, es una discusión histórica inacabable. La verdad está de parte de la Iglesia, desde luego. Continuar leyendo