Grande ha sido la escaramuza en los medios de comunicación de Estados Unidos tras el inusitado hecho de que la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (acnudh), Navi Pillay, exigiera al gobierno de Estados Unidos imponer “una moratoria inmediata” sobre la pena de muerte, después de “la muerte agónica” de Clayton Lockett en Oklahoma hace un par de semanas.
Como sucede en esta nación, hay quienes han aplaudido el hecho de que Lockett, un hombre de color (los negros y los hispanos son los “preferidos” de la pena de muerte estadounidense, vaya uno a saber por qué) Continuar leyendo