“La mota (marihuana, en el argot mexicano) legal eleva la moral”, era una de las proclamas de los grupos consumidores que esperaban que la droga se legalizara en México. Y el día de ayer casi lo logran. Pero solamente para cuatro personas que se ampararon contra la prohibición absoluta de sembrarla para consumo personal.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por cuatro votos a favor y uno en contra, aprobó este miércoles 4 de noviembre el cultivo y consumo de marihuana con fines recreativos a cuatro individuos que se ampararon contra una negativa a hacerlo por parte de las autoridades sanitarias.
Aunque el fallo de los ministros fue proclamado como una legalización total al uso recreativo de la marihuana, esto no es así. La Corte solamente puede pronunciarse en cuestiones de constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma; lo que no puede hacer es crear leyes.
Humberto Castillejos, consejero jurídico de la presidencia de la República, desmintió ayer mismo por la tarde que el acuerdo de la Primera Sala supusiera una legalización del uso recreativo de la marihuana. Y fue más lejos al decir que “sembrarla con cualquier objetivo, incluso para recreación, sigue siendo un delito”.
En rueda de prensa, el consejero jurídico del presidente Enrique Peña Nieto confirmó que la resolución de la Primera Sala no legaliza ni el suministro ni la comercialización de la droga. “La marihuana daña la salud por lo que es constitucionalmente válido que el Estado la regule”, añadió Castillejos.
Por su parte, los cuatro que se ampararon contra lo que ellos llaman “el prohibicionismo” y a favor del uso lúdico de la marihuana, pertenecen al Colectivo “SMART” (“Listo”, en inglés), la tarde de ayer dijeron a la prensa mexicana que el fallo es “una gran bocanada de oxígeno en su lucha”. Uno de sus integrantes, Juan Francisco Torres Landa, señaló: “Clavamos el primer clavo en el ataúd del prohibicionismo”.
Ellos forman parte de la autodenominada Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante, cuyo objetivo, enfatizaron ayer, “no es promover el consumo de marihuana, sino instar a las instituciones a actuar en concordancia con el fallo judicial para que la época prohibicionista desaparezca”.
La Iglesia católica mexicana se ha expresado en numerosas ocasiones en contra de toda posible legalización de la marihuana en el país. En un reciente mensaje, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, sintetizó la postura de los prelados mexicanos al respecto diciendo:
“Se argumenta que consumir marihuana es un derecho de la persona, que es una parte de su libertad, para que logre su desarrollo a satisfacción. Esto significaría que perder la razón y el control de sí mismo, por el alcohol o una droga, es un signo de libertad. (…) Eso no es libertad; eso es esclavitud, eso es una cadena de la que es muy difícil desatarse”.
Publicado en Aleteia
