La semana pasada en la ciudad de Hamburgo (Alemania) tuvo lugar una marcha inusitada. Un conjunto de niñas y niños tomaron las calles portando pancartas en contra del uso del teléfono celular de sus padres.
Bajo el grito “Estamos aquí, gritamos alto, porque nuestros padres están mirando el celular” las pequeñas y los pequeños hicieron una parada pública para denunciar el desapego de los papás, arrobados, como lo están millones en el mundo, con su smartphone. Continuar leyendo