Para mí no hay vacaciones si no están asociadas a uno o varios libros. Puede faltar el mar, la montaña, la ciudad colonial o la casa en el campo. Lo que no puede faltar es una buena lectura: escogida, mimada, aguantada hasta el período de sosiego. Y eso me ha ganado horas maravillosas de solaz, incluso sin salir de la casa.
El obispo de San Sebastián (España), don José Ignacio Munilla ha instituido una lista de 34 libros para el verano. Continuar leyendo