La crisis que vivimos en esta cuesta de enero no es de antier. Viene de muchos años atrás. ¿Cuántos? Desde que la Revolución se bajó del caballo y se volvió institucional. Antes eran las balas las que arreglaban las cuentas. A partir de la década de los cuarenta del siglo pasado, son los planes, los mitos, las mentiras convertidas en verdades y las verdades convertidas en secretos.
En octubre de 1995, al recibir la Medalla Belisario Domínguez, el historiador mexicano Miguel León-Portilla advirtió, en presencia de los senadores y del presidente (Ernesto Zedillo) el riesgo que estaba corriendo México de “vivir de prestado”. Vivíamos –y vivimos—“de prestado”, mandando casi 30 millones de mexicanos a encontrar oportunidades de trabajo y vida digna a Estados Unidos. Continuar leyendo