Palabras a medio borrar

Patrick ModianoHe vuelto a leer el extraordinario discurso de Patrick Modiano en la Academia Sueca, tras recibir el Premio Nobel de Literatura el 7 de diciembre de 2014.

Con toda su lucidez a cuestas, este hombretón de casi dos metros de altura, reacio a la publicidad, que ha ido elaborando un mapa sentimental de su infancia desgarrada, es hoy por hoy un referente de la soledad moderna. De la soledad acompañada del habitante de las grandes urbes.

En la sociedad mediática, donde las redes sociales parecen darnos una sensación de cercanía y una posibilidad infinita de relaciones, Modiano ha construido una obra en la que imperan tres temas: la desaparición, la pérdida de identidad y el paso del tiempo. Todo eso, dijo en su discurso en Suecia, coincide íntimamente “con la topografía de las grandes ciudades”. En su caso, la topografía de París, durante la ocupación y en los años posteriores a su nacimiento, que fue en 1945.

Pero sobre todo, la incapacidad de recordar. De ver hacia atrás. De dibujar —así sea pálidamente— las huellas de nuestra propia historia (¿para qué, si ahí están a la mano Google y la Wikipedia?). “Tengo la impresión —decía al final de su discurso en la recepción de los Nobel—, de que hoy en día la memoria tiene mucho menos seguridad en sí misma y que tiene que luchar continuamente contra la amnesia y contra el olvido”.

Es preciso subrayar que tales amnesias y tales olvidos, hacen el caldo gordo a los tiranos. Y son la mejor escalera de los mediocres para trepar al poder. La vocación del novelista (del periodista, del poeta, del creador de obras bellas), “ante esta extensa página en blanco del olvido, es la de devolver a la luz algunas palabras a medio borrar, como si fueran esos icebergs perdidos que van a la deriva por la superficie del océano”.

Creo, en definitiva, que no existe vocación más fuerte en estos tiempos donde lo que quedó atrás ayer, hace tres días o tres años, es, en todo caso, un desatino, un fracaso que “mañana”, con la sorprendente tecnología de los científicos, y con los alcances de la Internet, “vamos a resolver”.

Publicado en Revista Siempre!