Nuestra casa común

laudato-si-spLa segunda Carta Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” (“Alabado seas”) ya es llamada por la prensa “la Encíclica verde” por su contenido. Lo que la prensa no ha reportado es su comprometedora procedencia: se trata de un texto totalmente arraigado en el “Cantico a las Criaturas” del “pobrecito de Asís”, que en su parte medular reza diciendo:

…Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas…

La Carta Encíclica tiene como foco, según palabras del Papa, “el cuidado de la creación”. La situación del deterioro ambiental a la que hemos conducido esta casa común y, también, la necesidad “de recuperación de los territorios”, hace de la Encíclica un acontecimiento, primero en la historia de la Iglesia, y que compromete la infalibilidad papal.

“Esta Encíclica se dirige a todos: oremos para que todos puedan recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado”, dijo el Papa el domingo pasado. Pidamos porque todos, especialmente los católicos, sigamos su huella.

Publicado en El Observador de la Actualidad