“Yo en el zoológico”

youtubeEl 23 de abril no solamente es el Día de San Jorge, o el Día del Libro —en este año le entregaron el Cervantes a Poniatowska— o el día en que no murieron Shakespeare y Cervantes pero que la Unesco, en 1995, oficializó para conmemorar las bellas letras. El 23 de abril será recordado, también, porque en esa fecha, pero de 2005, fue colgado el primer video de Youtube: “Me at the zoo”: “yo en el zoológico”.

El que se ha convertido en el portal emblemático de la transmisión personal de videos comenzó, como casi todas las grandes experiencias del área informática y digital, con un video casero, de garaje, aunque esa vez el cofundador de Youtube, Jawed Karim, subió la primera grabación al sitio web que permite compartir videos en Internet, rodeado de elefantes. De hecho, el video se sitúa frente a la jaula de los elefantes en el Zoológico de San Diego. Hoy esa “reliquia” ha sido vista 14 millones de veces.

El dominio de Youtube tenía apenas un par de meses de haber sido adquirido y de estar en construcción, pero fue “hasta abril” cuando pudo colgar su primer video. De ahí se generó un boom impresionante en el que las redes sociales descubrieron la capacidad de cada quien de convertirse en lo que antes era coto privado de las grandes cadenas de medios: de convertirse en productor y distribuidor de videos.

La plataforma tecnológica fue fundada por Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim en febrero de 2005 en San Bruno, California y cuenta con millones de videos hasta el momento, lo que la posiciona como el sitio web más usado en su tipo. Ha servido para muchas cuestiones: desde elevar a un cantante y danzarín coreano hasta poner en la mira de los cazadores de talentos a un grupo familiar de Mexicali.

Pero, también, es una herramienta de creación, diseño, denuncia, expresividad y, por supuesto, de una inmensa cantidad de basura que, parece, tenemos como consigna producir los seres humanos cuando está al alcance de nuestra mano hacer cosas que valgan la pena. En Youtube existe esa posibilidad. Y millones no la han entendido. Siguen subiendo sus “aventuras” en el zoológico.

Publicado en Revista Siempre!