Código 750

Hace unos cuantos días recibí un mensaje de correo electrónico que captó mi atención desde el principio.  Se trataba de ser mexicanos de tiempo completo, adquiriendo productos cuyo código de barras comenzara con el 750.

¿Qué hay detrás de esto?  Productos hechos en México.  El código de barras de los alimentos, las bebidas, la ropa, los enseres domésticos, no es una etiqueta más.  Esas barras verticales con números inferiores y diversas separaciones entre una y otra, a nuestros ojos dicen muy poco.  A lo sumo que el producto está controlado y no circula a la buena de Dios.  Pero a los ojos del lector óptico dicen muchísimo: de dónde proceden, qué clase de producto es, sus características de inventario…

Lo que interesa ahora es el código del principio.  Los que inician con 690 hasta el 695, son productos chinos.  No se trata de declarar la guerra comercial al país del Oriente.  Se trata de proteger nuestros empleos y a nuestras familias, no a las de ellos (no entro en las condiciones infrahumanas en las que muchos chinos trabajan y producen, ni en el dumping con el que llegan a México).  Esto no es un nacionalismo inútil: es solidaridad de la más pura y madura.

El mensaje de correo electrónico decía: «Si cada mexicano consumiera al mes 800 pesos de productos nacionales (en vez de importados) estaríamos invirtiendo 70 mil millones de pesos al mes en nuestra economía».  No sé si el número es exacto.  Lo que sí sé es que representa una manera sencilla de contribuir a mejorar las cosas en el país.  Y quienes tenemos el mínimo poder adquisitivo deberíamos comenzar por hacerlo.  En lugar de quejarnos todo el tiempo de lo mal que estamos y de las injusticias del TLC.

Publicado en El Observador de la Actualidad