El ángel de la verdad

Desde hace un año, los periodistas católicos de habla hispana tenemos un beato entre nuestras filas. Me refiero a Manuel Lozano Garrido, «Lolo». Periodista, ciego, inválido, ha sido declarado beato por el Papa Benedicto XVI. La ceremonia se realizó en su natal Linares, España, donde vio la luz en 1920. La prosa de Lolo es fluida, metafórica, llena de luz (él, que era ciego). Escribió nueve libros, escribió en revistas, fue un maestro del sufrimiento. Me honra ser parte de la «Sociedad de Amigos de Lolo» y amigo del postulador de su causa, el padre Rafael Higueras Álamo.

Lolo fundó una asociación maravillosa: «Sinaí». Se trata de una asociación de personas enfermas quienes, junto con monasterios de clausura, ofrecen su dolor y sus oraciones ni más ni menos que por la prensa católica, para que periódicos y periodistas, escritores, redactores, reporteros, articulistas, editorialistas y trabajadores técnicos, no desfallezcan en su empeño, no se desvíen del camino de la verdad, no se vuelvan como la prensa secular, ávida de novedades, sin importar otra cosa más que sean novedades (cerrada, por tanto, a la asombrosa novedad del Señor). Por cierto, El Observador tiene la dicha de contar con este soporte maravilloso tanto en México como en España. Es una de nuestras fortalezas más firmes…Esa preocupación porque la prensa católica conserve la pureza de intención, le llevó, también, a reflexionar sobre el quehacer del periodista, en especial del articulista o editorialista, una figura en extremo importante, pues en él se condensa la intención del periodismo católico: dar al lector los lentes católicos con los cuales se debe mirar la realidad política, económica, cultural, histórica, científica, tecnológica y social.

En su Decálogo del Periodista (católico, obviamente), Lolo nos dejó una tarea, una responsabilidad y, sobre todo, una forma de enfrentar el periodismo que nos llena de responsabilidades, de anhelos de conocimiento de Dios y de caridad para con la pluma, con el lector y con el prójimo. La primera de las sugerencias de Lolo indica todo un proyecto de periodismo católico: Da gracias al ángel que clavó en tu frente el lucero de la verdad y lo bruñe a todas horas.

¡Ése es el periodismo que debemos hacer! El que está enamorado de la verdad. Porque la verdad nos hace libres. Y la libertad es el mayor regalo de Dios. Pero, también, como lectores, es el periodismo que estamos obligados a buscar. ¿Es más difícil y menos «entretenido» que la prensa rosa o la roja? Sin duda. Pero nunca el Señor deja sin paga nuestros esfuerzos por acercarnos a Él. Si hacemos o leemos ese periodismo católico firme y culto, créanmelo, las cosas en México van a cambiar.